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La asamblea de ASOVAV destaca que las variedades protegidas doblan y triplican el precio de las variedades convencionales

La asamblea de la Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (ASOVAV) destacó hoy el alto rendimiento económico obtenido por las variedades vegetales protegidas respecto a las variedades convencionales durante la campaña 2105/2016.

Tras analizar la evolución de la campaña de cítricos, Rafael Grau, presidente de ASOVAV, señaló que “la alta rentabilidad económica obtenida por las variedades protegidas demuestra que estas nuevas fórmulas de producción y comercialización constituyen una de las apuestas más seguras para garantizar la rentabilidad de los agricultores, una rentabilidad que por desgracia y debido a una serie de factores se encuentra estancada o seriamente comprometida en buena parte del sector agrario”.

Según los datos de cotización de la Lonja de Cítricos de Valencia, los precios alcanzados por las variedades protegidas Nadorcott y Orri durante esta campaña han duplicado y triplicado respectivamente el precio máximo obtenido por el resto de mandarinas del mercado, ofreciendo a los agricultores que apostaron por este tipo de variedades una alta rentabilidad.

En concreto, el precio medio de la arroba de la mandarina Nadorcott se situó en torno a los 7,5 euros, llegando en algunos momentos de la campaña a alcanzar los 11,41 euros, mientas que por una arroba de la variedad Clemenules, una de las más implantadas en el mercado, se pagó un máximo de 4,508 euros. En cuanto al comportamiento de la variedad Orri, sus precios llegaron a triplicar los precios de una variedad tan extendida como la Hernandina. Concretamente, la arroba de la Orri alcanzó los 14,42 euros, mientras que por la Hernandina se pagó un máximo de 4,80 euros.

Proyectos de futuro

Por otra parte, el presidente de ASOVAV indicó en su informe de gestión, que fue avalado de forma unánime por los socios que asistieron a la asamblea, que los procesos regulatorios de las diversas variedades que lleva a cabo la entidad se encuentra prácticamente concluidos, al tiempo que subrayó la necesidad de acometer nuevos retos de futuro.

En ese sentido, Rafael Grau anunció la creación de un grupo de trabajo que establecerá diferentes vínculos con los obtentores y licenciatarios de nuevas variedades vegetales para trasladar a los socios las novedades más atractivas en este campo de la innovación agraria en aras de contribuir a que obtengan la máxima rentabilidad de los cultivos, así como establecer acuerdos para que los socios puedan disponer de esas variedades en régimen de preferencia.

Asimismo, el presidente de ASOVAV comunicó la puesta en marcha de una ‘Comisión de Seguimiento de Variedades Vegetales’, que tendrá como objetivo analizar el comportamiento de diferentes variedades de cítricos que ya están en el mercado en distintos puntos de la península para que los agricultores puedan tomar las decisiones más idóneas en la gestión de sus cultivos.

 

 

 

 

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Sudáfrica casi duplica el límite permitido de mancha negra en sus envíos de cítricos ante la pasividad de la UE

Las exportaciones de cítricos procedentes de Sudáfrica con destino a los mercados comunitarios constituyen una bomba de relojería que amenaza, de una forma cada vez más evidente y peligrosa, con introducir en la citricultura europea la devastadora enfermedad de la mancha negra (Guignardia o Phyllosticta citricarpa), puesto que no en vano los envíos sudafricanos de agrios durante los últimos meses con destino a Europa casi duplican el límite máximo de mancha negra autorizado por la Unión Europea (UE).

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) subraya que los últimos datos oficiales hablan por sí solos de la dimensión que ha alcanzado el problema, ya que hasta la fecha las detecciones de este peligroso hongo en los cargamentos sudafricanos de agrios ascendían a un total de nueve, es decir, casi el doble de las permitidas por el Ejecutivo comunitario en las últimas disposiciones que dictó al respecto. Efectivamente, el año pasado, y ante las incesantes presiones del sector citrícola español en su conjunto, la Comisión Europea estableció que si se localizaban en los envíos de Sudáfrica más de cinco casos de mancha negra se adoptarían “medidas contundentes”, que debían incluir, como parte fundamental de las mismas, el inmediato cierre de las fronteras a los cítricos de origen sudafricano. Pues bien, a finales del pasado mes de agosto ya se habían producido en los puertos europeos nueve detecciones de cargamentos de cítricos de Sudáfrica contaminados con mancha negra.

Sin embargo, la Comisión Europea, contraviniendo claramente sus propias ordenanzas sobre este punto, ha permanecido de brazos cruzados en un estado de completa pasividad ante lo que está sucediendo y sin adoptar ninguna de esa “medidas contundentes” que se comprometió a aplicar contra los desmanes sudafricanos en materia de sanidad vegetal. Además, hay que destacar que este año la climatología ha jugado a favor de Sudáfrica al propiciar que los ataques de esta enfermedad en sus parcelas fuesen menos virulentos que en otras campañas, ya que en caso contrario el número de detecciones habría sido aún mayor.

Ante esta situación, AVA-ASAJA considera absolutamente inadmisible la actitud cómplice y permisiva que viene mostrando la Comisión Europea hacia Sudáfrica, una actitud que, tras las reiteradas promesas incumplidas y, sobre todo, ante el grave riesgo que la mancha negra entraña para la citricultura europea, sólo puede considerarse como una tomadura de pelo en toda regla.

Frente a esta situación tan alarmante, AVA-ASAJA exige a las autoridades comunitarias un cambio radical en sus actuales planteamientos contemporizadores que se traduzca a su vez en el cierre inmediato de las fronteras europeas a los cítricos procedentes de Sudáfrica con el compromiso añadido de que no volverán a abrirse hasta que el citado país sea capaz de garantizar de manera fehaciente que ha solucionado el problema de la mancha negra.

En este sentido, AVA-ASAJA alerta sobre las maniobras de distracción que Sudáfrica llevó a cabo el año pasado con la plena aquiescencia de la UE al anunciar, por estas mismas fechas, que ante la abultada presencia de mancha negra en sus cargamentos suspendía de forma unilateral sus exportaciones, con la salvedad de que su anuncio se produjo cuando la campaña exportadora se encontraba prácticamente finalizada y con los últimos envíos rumbo a los puertos europeos.

AVA-ASAJA espera que Sudáfrica no vuelva a incurrir este año en semejante ceremonia de la confusión y reclama a la UE que se muestre mucho más firme si los exportadores citrícolas del referido país volviesen a poner en práctica una pantomima de semejante calibre.

Al mismo tiempo, AVA-ASAJA transmite su preocupación ante el grave deterioro que han sufrido durante esta campaña las importaciones de cítricos originarios de Argentina, ya que, tras unos años de relativa bonanza, a lo largo de este ejercicio el número de interceptaciones de mancha negra en sus envíos se ha disparado hasta el mismo e inaceptable nivel que en el caso de Sudáfrica, es decir, nueve. Por tanto, esta organización agraria solicita que se apliquen a Argentina los mismos criterios en materia de control y cierre de fronteras que a Sudáfrica. El problema es de igual magnitud en ambos países y la UE está obligada a actuar con idéntico rigor en ambos casos.

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Las variedades del IVIA Safor y Garbí presentan graves problemas en la piel que frenan su comercialización

AVA-ASAJA reúne a más de un centenar de afectados con el objeto de exigir a la Conselleria de Agricultura una solución compensatoria para los cientos de agricultores que sufren esta situación.

Las variedades de mandarina Safor y Garbí, desarrolladas por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), se han convertido en un problema muy serio para la inmensa mayoría de los agricultores que apostaron por ellas debido a los graves defectos que presentan en la piel y que están impidiendo su comercialización. Tanto es así, que en algunos casos la totalidad de la cosecha de estas variedades se ha echado a perder porque ningún comercio ha querido adquirir una fruta tan repleta de manchas que hace imposible su venta al público.

Esta situación tan preocupante se puso de relieve durante el transcurso de una reunión convocada esta semana por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) a la que acudieron más de un centenar de afectados y en la que también estuvieron presentes el director general de Producción Agraria de la Conselleria de Agricultura, José Miguel Ferrer, y el director del IVIA, Enrique Moltó, quienes escucharon las reiteradas quejas de los agricultores y, ante la exigencia de los dirigentes de AVA-ASAJA para que se buscasen soluciones compensatorias al problema suscitado, expusieron algunas de las posibles alternativas.

La cronología de los hechos denunciados se remonta a 2009, cuando el IVIA sacó al mercado sus nuevas variedades de mandarina Safor y Garbí, presentadas ante los agricultores como un gran logro, como una de las obtenciones “estrella” del centro investigador, hasta el punto de que los propios servicios de transferencia tecnológica de la Conselleria de Agricultura difundieron entre sus potenciales usuarios las supuestas bondades de la Safor y la Garbí.

Sin embargo, seis años después, es decir, cuando los plantones adquiridos han entrado ya en plena producción, los resultados que se están obteniendo distan mucho de ser tan prometedores como se pensaba inicialmente. La aparición de diversos tipos de manchas en la piel de ambas variedades, independientemente de la zona y de la comarca, es decir, del tipo de clima, donde hayan sido plantadas se ha generalizado de un modo alarmante sin que el IVIA haya sido capaz hasta el momento ni de explicar la causa de estas fisiopatías que generan un problema comercial de primer orden ni de encontrar un tratamiento adecuado.

Los responsables de la Conselleria y del IVIA que asistieron a la reunión convocada por AVA-ASAJA, y que no ocupaban sus actuales cargos de responsabilidad política cuando se autorizó la salida al mercado de la Safor y la Garbí, se mostraron receptivos a las reclamaciones formuladas por los agricultores. Durante el encuentro llegaron a avanzar incluso algunas de las posibles medidas que podrían arbitrarse para compensar a los afectados, entre ellas la opción de reinjertar las explotaciones de Safor y Garbí con nuevas variedades que obtenga el IVIA, si bien aún habría que negociar si los agricultores interesados en esa hipotética reconversión tendrían que desembolsar alguna cantidad económica a cambio, a lo cual se opone tajantemente AVA-ASAJA.

Ferrer y Moltó anunciaron también que se ha aprobado un nuevo protocolo de experimentación y control de nuevas variedades por parte del IVIA con el objeto de asegurar que en el futuro no saldrán al mercado nuevos productos vegetales sin haber sido suficientemente testados y probados mediante un exhaustivo proceso previo de evaluación.

AVA-ASAJA valora en términos positivos la actitud negociadora mostrada por el director general de Producción Agraria de la Conselleria de Agricultura y por el director del IVIA, pero advierte que se mostrará firme a la hora de pactar una solución clara y satisfactoria para los cientos de agricultores que sufren los graves problemas que presentan la Safor y la Garbí.

Al calor de la reunión, los agricultores afectados -algunos de los cuales dijeron sentirse “engañados” por el IVIA- tomaron la decisión de constituir, a través de AVA-ASAJA, algún tipo de agrupación con el objeto de poder coordinar y canalizar sus reclamaciones ante la Conselleria de Agricultura. Con esa futura agrupación de afectados también colaborará activamente la Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (ASOVAV), entidad especializada en temas varietales.

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La UE prepara un nuevo recorte de 77 materias activas contra plagas tras haber suprimido el 72% en cuatro años

De llevarse a cabo la eliminación de las materias activas seleccionadas, este enésimo recorte se sumaría a los efectuados a raíz de la política fitosanitaria instaurada por la UE, la cual ha dejado en el camino el 72% de las 970 sustancias existentes en Europa hace apenas cuatro años.

Las consecuencias de estas disposiciones son extraordinariamente graves para los agricultores puesto que al disponer de un número cada vez más limitado de sustancias para luchar contra las plagas, sus cultivos sufren con mayor virulencia la incidencia de las mismas, así como un incremento de los costes de producción derivado básicamente del encarecimiento de los productos disponibles en el mercado.

En respuesta a la preocupación que levanta en el sector agrario la progresiva falta de medicinas para minimizar los daños que causan las plagas y enfermedades, la Asociación Europea para la Protección de las Plantas (ECPA, siglas en inglés) acaba de poner en marcha un ambicioso estudio que pretende medir la incidencia de la disminución de sustancias activas sobre los principales cultivos y su impacto social, económico y medioambiental. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) colabora, junto a otras organizaciones y cooperativas, en este análisis que aportará datos de España, Alemania, Austria, Francia, Italia y Países Bajos. En la agricultura española se evaluarán los efectos de la pérdida de fitosanitarios y la generación de resistencias en cultivos tan representativos como cítricos, olivar y frutales de hueso, aunque el informe también podría incorporar la viña, arroz, cereales o tomate.

“A falta de conocer los datos concretos y cuantificables, es evidente que el impacto de la nueva normativa fitosanitaria está siendo devastador para la eficiencia y la competitividad agraria europea”, denuncia el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. “Las regiones mediterráneas –añade– son las más damnificadas porque la alarmante supresión de materias activas se ha cebado especialmente con los insecticidas, que son los más necesarios para luchar contra las plagas más extendidas en la agricultura valenciana”. Aguado critica que “Bruselas tenga más en cuenta el riesgo potencial de determinados productos que las ventajas reales que entraña su uso reglamentado y controlado por parte de los agricultores”.

Además, y para acabar de complicar un panorama ya de por sí bastante restrictivo, Bruselas está definiendo y evaluando actualmente sustancias como los llamados alteradores endocrinos o los insecticidas neonicotinoides, lo cual se traducirá, con toda probabilidad, en la supresión de más sustancias químicas.

En palabras de Aguado, “nos parece una paradoja irritante que la misma Europa que nos quita las pocas armas que tenemos para combatir las plagas, llegue incluso a permitir a terceros países que traten sus cítricos con destino al mercado comunitario con una sustancia como el acetato de guazatina que está prohibido para los cítricos europeos. De igual modo, es intolerable que la misma Europa que nos dificulta cuidar la sanidad vegetal de nuestros cultivos, muestre al mismo tiempo una absoluta incompetencia para evitar la entrada de nuevas plagas y enfermedades de . Muchas cosas están fallando en la política fitosanitaria europea y exigimos un cambio de rumbo radical”.

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La nueva PAC deja sin ayudas directas a más de la mitad de la superficie agraria valenciana y al 20,8% de los agricultores

La nueva PAC deja sin ayudas directas a más de la mitad de la superficie agraria valenciana y al 20,8% de los agricultores Valencia, 15 de enero de 2015. La nueva Política Agrícola Común (PAC), aprobada para el periodo 2014/2020 pero cuya aplicación arranca este año, perpetúa y ahonda la discriminación histórica a la que Bruselas somete a los cultivos mediterráneos. Las conclusiones de un informe elaborado por los servicios técnicos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) acreditan que la Comunitat Valenciana va a sufrir un trato discriminatorio que repercutirá de forma muy negativa sobre el sector agrario al situar a muchos de sus cultivos en una clara situación de desventaja competitiva.

La contundencia de los datos sobre la aplicación de la PAC en el territorio valenciano ilustra por sí sola de la magnitud de esta marginación. Así, el informe de AVA-ASAJA revela que el 50,4% de la superficie agraria de la Comunitat Valenciana (334.102 hectáreas) no percibirá ningún tipo de ayudas directas procedentes de Europa, al tiempo que el 20,8% de los agricultores valencianos (25.060 titulares de explotación) se quedará, igualmente, sin recibir ninguna clase de subvención comunitaria. Estas cifras contrastan con las previsiones para esas mismas variables en el conjunto de España, ya que, en este caso, la superficie que se quedará sin ayudas directas representa el 25% del territorio agrícola español –frente al 50,4% en la Comunitat Valenciana–, mientras que los agricultores que no recibirán subvenciones en España supondrá el 15,4% del total de los mismos frente al 20,8% en la Comunitat Valenciana, tal como ya se ha señalado. “La causa principal de esta discriminación –apunta el presidente de AVAASAJA, Cristóbal Aguado– no es otra que la pretendidamente nueva PAC ha nacido más vieja que nunca. En otras palabras, que tras más de cincuenta años y después de siete reformas de la política agraria toda una serie de cultivos como las hortalizas, los frutales o la mayor parte del viñedo siguen sin percibir ayudas debido a una decisión arbitraria y que implica un agravio comparativo respecto al resto de producciones agrarias que sí cobran ayudas”.

Así las cosas, y durante el periodo de aplicación de la PAC, cultivos emblemáticos como las hortalizas de la Huerta de Valencia, como los caquis de La Ribera, el albaricoque de la Vall d´Albaida, el moscatel de Teulada o Turís, la alcachofa de Benicarló, las cerezas de la Montaña de Alicante o la mayoría de los viñedos de Utiel-Requena no percibirán pagos directos. Por otra parte, las cifras globales sobre la parte del presupuesto de la PAC asignado a España por Bruselas que va a destinarse a la Comunitat Valenciana hasta 2020 no sólo no auguran nada bueno, sino que corroboran esa discriminación a gran escala que denuncia AVA-ASAJA. No en vano, y de acuerdo con las estimaciones al respecto de esta organización agraria, de los 45.777,5 millones de euros que recibirá España por parte de Bruselas, a la Comunitat Valenciana sólo llegará el exiguo porcentaje del 2,8% de esa cifra global. Tampoco servirá para aliviar las negras perspectivas que la PAC dibuja para el campo valenciano el apartado de las medidas de mercado, puesto que la dotación se situará en torno a los 280 millones de euros para siete años con los que habrá que sufragar acciones tan decisivas como las retiradas de producción y la promoción. “Se trata de una cantidad irrisoria –lamenta Aguado– pero, en definitiva, lo que demuestra todo esto es que la PAC no ofrece las respuestas que esperamos los agricultores mediterráneos. Bruselas sigue aferrada a las viejas ideas de siempre y esas ideas no sirven porque ahondan las desigualdades entre agricultores de primera y de segunda categoría y prolongan un modelo obsoleto e ineficaz”.

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El drástico recorte de las ayudas hunde un 33% las primas del seguro de cítricos en sólo dos años

La decisión adoptada por el Gobierno el año pasado de recortar en torno al 50% las subvenciones destinadas a fomentar el uso del seguro agrario desencadenó unas consecuencias catastróficas que todavía se están dejando sentir en las principales líneas de contratación. Así, AVA-ASAJA concluye a partir de los datos oficiales de Agroseguro que, sólo en estos dos últimos años, el volumen de primas contratadas para cubrir los daños climáticos en cítricos ha descendido hasta un 33% en la provincia de Valencia, lo que equivaldría a decir que han dejado de suscribir su seguro de cítricos uno de cada tres agricultores valencianos.

Este desplome en la contratación tanto de primas como en número de pólizas va a dejar a miles de citricultores absolutamente indefensos en una campaña de una elevada siniestralidad, ya que el sector acumula pérdidas millonarias debido a los múltiples temporales de granizo, el ‘rajado’ de los frutos, los graves daños por ‘pixat’ en las clementinas y posibles heladas en este tramo final del año. Además, a medio y largo plazo esta tendencia bajista supone una amenaza para la propia estabilidad del sistema de seguros agrarios en España, donde el nivel de contratación de cítricos, si bien es superior al registrado en el campo valenciano, alcanza una caída del 28% durante este mismo periodo de tiempo.

“El balance no puede ser más negativo y preocupante” –sentencia Cristóbal Aguado, presidente de AVA-ASAJA. “Los datos resultan tan reveladores que el Gobierno central pronto se ha dado cuenta del error estratégico que cometió reduciendo las ayudas y ya en los planes de 2014 y 2015 ha ido recuperando buena parte de las subvenciones perdidas. Del mismo modo, el Consell ha reforzado su contribución presupuestaria y Agroseguro ha negociado con el sector agrario una flexibilización de la línea de cítricos. Sin embargo y tal como advertimos en su momento, es muy fácil abandonar el sistema de seguros y después muy complicado volver a recuperar la confianza de esos mismos agricultores, máxime cuando persiste una crisis de rentabilidad como la que estamos sufriendo y el sector se encuentra tan descapitalizado”.

Por ello, AVA-ASAJA exige a las distintas administraciones que insistan en la puesta en marcha de todas aquellas medidas destinadas a favorecer la solidez de un sistema de seguros que ha venido funcionando de forma modélica y ejemplar desde hace treinta años y constituye la principal garantía de rentas que poseen los agricultores ante las adversidades climáticas.

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La CE autoriza a los cítricos importados de terceros países el uso de un pesticida peligroso que está prohibido en Europa

23 – 12 – 2014

La Comisión Europea (CE) permite a los cítricos de países terceros con destino al mercado comunitario que reciban un tratamiento contra un hongo empleando pesticidas obtenidos a partir de una sustancia activa denominada acetato de guazatina cuyo uso, paradójicamente y contra toda lógica, está prohibido en el territorio de la Unión Europea (UE) por considerarla peligrosa. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) exige una rectificación inmediata por parte de las autoridades comunitarias, puesto que la actitud que vienen manteniendo en este asunto implica un agravio comparativo para los países productores de cítricos de Europa, entraña una forma de competencia desleal y supone un evidente desprecio a la salud de los consumidores europeos.

“La aplicación de esa doble vara de medir por parte de Bruselas constituye un verdadero disparate, un ejercicio de irresponsabilidad inaceptable y una burla tanto hacia el sector citrícola en su conjunto como hacia los propios ciudadanos que compran cítricos procedentes de esos países terceros y que están tratados con un plaguicida que no está autorizado en Europa debido a su toxicidad”, lamenta el presidente de AVA-ASAJA Cristóbal Aguado.

Las últimas actuaciones de la Comisión Europea al respecto no han hecho más que ahondar esa impresión y agravar las cosas. Siguiendo su política de limitar el empleo de ciertas sustancias con las se fabrican productos fitosanitarios a fin de preservar el medio ambiente y la salud de los consumidores, el Gobierno de la UE incluyó en 2011 el acetato de guazatina en la lista de materias activas de uso cada vez más limitado y de este modo se inició el proceso legal para fijar el límite máximo de residuos (LMR) de esa sustancia en los frutos tratados en 0,05 miligramos por kilo, es decir, una cantidad indetectable y que equivale a decretar, de facto, la prohibición de la sustancia.

Sin embargo, Sudáfrica solicitó en 2013 una prórroga a la UE para mantener en sus envíos de cítricos con destino a Europa el límite máximo de residuos de guazatina en 5 miligramos por kilo. Inglaterra consideró que la petición sudafricana resultaba aceptable y se trasladó el asunto a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para que emitiese un informe.

Las conclusiones del estudio de la EFSA, hecho público en agosto de este mismo año, son rotundas y desaconseja permitir el uso del acetato de guazatina por considerar que la información disponible no permite establecer que los residuos de acetato de guazatina que llevan los cítricos sudafricanos -y por extensión los de cualquier país tercero que exporta cítricos a Europa como Marruecos, Egipto, Turquía, Brasil o Argentina- sean seguros para los consumidores europeos.

Desde ese momento, y durante las reuniones del Comité Fitosanitario Permanente de la Dirección General de Sanidad y Consumo (DG Sanco) celebradas en septiembre y noviembre, se han sucedido las maniobras políticas de los países del norte a favor de Sudáfrica, que ha cursado una petición para revisar el dictamen de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Conviene subrayar que es la primera vez que se cuestiona un estudio de la EFSA. Todas estas maniobras dilatorias han dado sus resultados, hasta el punto de que la Comisión Europea impidió que se votase el asunto en la reunión de septiembre, tal como estaba previsto, y la cuestión ha quedado aplazada hasta el próximo mes de febrero, de tal manera que a fecha de hoy Sudáfrica y el resto de terceros países pueden seguir usando un producto prohibido tanto en Europa como en Estados Unidos por su elevada toxicidad.

“Lo que está sucediendo es un escándalo mayúsculo, sin precedentes –asegura Cristóbal Aguado-, un escándalo que se suma a la permisividad que la UE aplica a Sudáfrica en sus constantes envíos de cítricos contaminados de mancha negra. Los intereses comerciales de los países del norte prevalecen de forma descarada sobre los del sur e incluso, sobre la seguridad de sus propios ciudadanos. El Gobierno de España tiene que actuar con la máxima contundencia porque se trata de una injusticia flagrante y de una indecencia que clama al cielo. La UE está obligada a prohibir también a los terceros países el uso de acetato de guazatina”.