Las carencias de la legislación europea permiten importar material vegetal de caqui y granado sin ningún control específico

ASOVAV renueva cargos en su comité ejecutivo durante la asamblea, entre ellos el de la presidencia, que a partir de hoy desempeñará Celestino Recatalá

Foto Comité Ejecutivo de ASOVAV

Valencia, 27 de junio de 2018. Las carencias y debilidades que presenta el sistema de control fitosanitario de la Unión Europea (UE) han vuelto a quedar hoy patentes durante la celebración de la VI jornada técnica de la Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (ASOVAV). El jefe de la sección de Certificación Vegetal de la conselleria de Agricultura, Carles Escrivà, reveló que la legislación actual en dicha materia no incluye requisitos específicos de vigilancia para la importación de material vegetal de dos cultivos tan relevantes como el caqui y el granado, una circunstancia que, debido a la laxitud imperante, multiplica el riesgo de entrada de nuevas plagas y enfermedades.
Ambos productos, para entrar en territorio europeo, sí deben llevar incorporado el denominado pasaporte fitosanitario, pero la norma vigente no contempla ningún otro tipo de exigencia documental en la que se certifique que el material importado está libre de determinadas afecciones, algo que sí sucede con el material vegetal de otras muchas producciones que desembarcan en los puertos comunitarios. El asunto resulta tanto más inquietante cuanto que el caqui y el granado son dos cultivos emergentes en la Comunitat Valenciana y, por tanto, la hipotética entrada de cualquier nueva plaga supondría un grave perjuicio.
Pero no es el único caso que refleja las deficiencias de la UE en una materia tan sensible como la sanidad vegetal. A la hora importar semillas de productos hortícolas, las disposiciones de Bruselas sólo aplican criterios rigurosos de control para las de tres productos: tomate, cebolla y judía, pero no para el resto. El representante de la conselleria de Agricultura recordó que precisamente ahora se encuentra en fase de debate la nueva directiva que tiene que regular estas cuestiones y que sería de todo punto aconsejable que España mantuviese una posición firme en las negociaciones a la hora de exigir una reglamentación bastante más contundente y efectiva, puesto que es mucho lo que hay en juego.
Que la introducción de nuevas dolencias entraña un peligro de extraordinaria gravedad constituye una evidencia ampliamente documentada. En el curso de este mismo encuentro celebrado hoy, el vicepresidente de ASOVAV, Vicente Pascual, al referirse a la devastadora incidencia en el mundo de la enfermedad del «greening», que no está presente en Europa, indicó que «en diez años, Brasil ha perdido el 30% de su citricultura por el ataque de esta bacteria, mientras que en Florida han pasado de producir 150 millones de cajas de cítricos -de 40 kilos cada una- a sólo 50 millones por el mismo motivo».
Por otra parte, ASOVAV también celebró hoy su asamblea general durante la que se acordó la renovación de cargos en el comité ejecutivo de la entidad, entre ellos el de la presidencia, que ha recaído en Celestino Recatalá. El anterior presidente, Rafael Grau, de quién se destacó la magnífica labor que ha llevado a cabo durante los últimos años, seguirá estrechamente vinculado a la organización en calidad de tesorero y especialista en nuevas variedades vegetales. Al comité ejecutivo se han incorporado Yasmina Oñate y Marcos Caballero.

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