AVA-ASAJA reúne a más de un centenar de afectados con el objeto de exigir a la Conselleria de Agricultura una solución compensatoria para los cientos de agricultores que sufren esta situación.
Las variedades de mandarina Safor y Garbí, desarrolladas por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), se han convertido en un problema muy serio para la inmensa mayoría de los agricultores que apostaron por ellas debido a los graves defectos que presentan en la piel y que están impidiendo su comercialización. Tanto es así, que en algunos casos la totalidad de la cosecha de estas variedades se ha echado a perder porque ningún comercio ha querido adquirir una fruta tan repleta de manchas que hace imposible su venta al público.
Esta situación tan preocupante se puso de relieve durante el transcurso de una reunión convocada esta semana por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) a la que acudieron más de un centenar de afectados y en la que también estuvieron presentes el director general de Producción Agraria de la Conselleria de Agricultura, José Miguel Ferrer, y el director del IVIA, Enrique Moltó, quienes escucharon las reiteradas quejas de los agricultores y, ante la exigencia de los dirigentes de AVA-ASAJA para que se buscasen soluciones compensatorias al problema suscitado, expusieron algunas de las posibles alternativas.
La cronología de los hechos denunciados se remonta a 2009, cuando el IVIA sacó al mercado sus nuevas variedades de mandarina Safor y Garbí, presentadas ante los agricultores como un gran logro, como una de las obtenciones “estrella” del centro investigador, hasta el punto de que los propios servicios de transferencia tecnológica de la Conselleria de Agricultura difundieron entre sus potenciales usuarios las supuestas bondades de la Safor y la Garbí.
Sin embargo, seis años después, es decir, cuando los plantones adquiridos han entrado ya en plena producción, los resultados que se están obteniendo distan mucho de ser tan prometedores como se pensaba inicialmente. La aparición de diversos tipos de manchas en la piel de ambas variedades, independientemente de la zona y de la comarca, es decir, del tipo de clima, donde hayan sido plantadas se ha generalizado de un modo alarmante sin que el IVIA haya sido capaz hasta el momento ni de explicar la causa de estas fisiopatías que generan un problema comercial de primer orden ni de encontrar un tratamiento adecuado.
Los responsables de la Conselleria y del IVIA que asistieron a la reunión convocada por AVA-ASAJA, y que no ocupaban sus actuales cargos de responsabilidad política cuando se autorizó la salida al mercado de la Safor y la Garbí, se mostraron receptivos a las reclamaciones formuladas por los agricultores. Durante el encuentro llegaron a avanzar incluso algunas de las posibles medidas que podrían arbitrarse para compensar a los afectados, entre ellas la opción de reinjertar las explotaciones de Safor y Garbí con nuevas variedades que obtenga el IVIA, si bien aún habría que negociar si los agricultores interesados en esa hipotética reconversión tendrían que desembolsar alguna cantidad económica a cambio, a lo cual se opone tajantemente AVA-ASAJA.
Ferrer y Moltó anunciaron también que se ha aprobado un nuevo protocolo de experimentación y control de nuevas variedades por parte del IVIA con el objeto de asegurar que en el futuro no saldrán al mercado nuevos productos vegetales sin haber sido suficientemente testados y probados mediante un exhaustivo proceso previo de evaluación.
AVA-ASAJA valora en términos positivos la actitud negociadora mostrada por el director general de Producción Agraria de la Conselleria de Agricultura y por el director del IVIA, pero advierte que se mostrará firme a la hora de pactar una solución clara y satisfactoria para los cientos de agricultores que sufren los graves problemas que presentan la Safor y la Garbí.
Al calor de la reunión, los agricultores afectados -algunos de los cuales dijeron sentirse “engañados” por el IVIA- tomaron la decisión de constituir, a través de AVA-ASAJA, algún tipo de agrupación con el objeto de poder coordinar y canalizar sus reclamaciones ante la Conselleria de Agricultura. Con esa futura agrupación de afectados también colaborará activamente la Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (ASOVAV), entidad especializada en temas varietales.