Valencia, 1 de octubre de 2019. La Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (ASOVAV) reivindica la “revolución” que ha supuesto para el sector citrícola español la reciente irrupción de las variedades protegidas de mandarinas de segunda campaña –especialmente la Orri, Nadorcott, Tang Gold y, últimamente, Spring Sunshine– debido a la elevada rentabilidad que ofrece a los productores incluso en campañas tan críticas como la pasada. La asociación se manifestó en este sentido durante una jornada profesional que reunió ayer en Valencia a los principales protagonistas del mundo agrario, comercial y jurídico en torno a dichos cítricos ‘premium’.
El presidente de ASOVAV, Celestino Recatalá, resaltó que “el sistema de protección de estas variedades garantiza tanto una producción con valor añadido, mediante una fuerte apuesta por la innovación agraria, como una producción limitada gracias a la organización del sector, en forma de clubs o entidades gestoras de variedades, que favorece un fortalecimiento de la posición del agricultor dentro de la cadena alimentaria y un mayor rendimiento económico de su explotación”.
“Con casi diez años de historia –prosiguió Recatalá– ASOVAV se ha erigido en una entidad que abandera la defensa de los productores en las relaciones, en ocasiones conflictivas, con los obtentores y licenciatarios de las nuevas variedades vegetales que despiertan un mayor interés de mercado. Desde el primer día hemos apostado por esta vía alternativa que refuerza la capacidad de influencia del agricultor y, al mismo tiempo, potencia la investigación, la diferenciación y la marca del producto”.
El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Cristóbal Aguado, agregó que “todos los expertos coinciden en que este tipo de gestión de las variedades es el camino que nos está permitiendo reconducir al sector y por eso es primordial que las administraciones apuesten por la investigación agraria”. Al respecto, Aguado reclamó “un cambio del modelo del IVIA de arriba abajo si es necesario para acelerar la obtención de variedades competitivas, ya que las mejores están viniendo de fuera”. Además del reto varietal, el dirigente agrario apeló a “diseñar el futuro de la citricultura también a través de la modernización y la concentración de las explotaciones”, para lo que exigió a la conselleria de Agricultura 100 millones de euros con los que acometer experiencias piloto que sirvan de referencia al colectivo.
El director del grupo Agr Food Marketing, Mateo Blay, animó al sector citrícola a “invertir juntos en comunicar la diferenciación, apoyándose visualmente en el punto de venta con el nombre de la variedad”. Blay también insistió en la conveniencia de “ampliar las capas de valor de los cítricos, es decir, no venderlos únicamente como un arma contra el resfriado por su alto contenido en vitamina C, así como destacar su origen europeo, ya que ello implica más garantías sanitarias, frescura y beneficios ambientales”.
Expertos en el ámbito jurídico abordaron las distintas legislaciones referidas a la obligación que tienen las cadenas de distribución de identificar correctamente las variedades de los cítricos expuestos en el lineal. La asociada principal de Garrigues Abogados, Isabel Pérez-Cabrero, aseguró que “el reglamento europeo prevé una sanción administrativa al comercio si no aclara la variedad de los cítricos híbridos”.
Al tiempo, el catedrático de Derecho Civil, Javier Plaza, criticó “un déficit normativo” y exigió “una identificación geográfica y de variedad más transparente”, mientras que el abogado y profesor asociado del departamento de Derecho Mercantil ‘Manuel Broseta Pont’, Benjamín Saldaña, agregó que “los incumplimientos de la utilización de la denominación varietal resultan más débiles en el caso de la fruta que en el del material vegetal (plantones)”. Así, Vicente Molés, abogado y socio del despacho ‘Molés i Martí Advocats’, subrayó las duras exigencias impuestas a los viveros y productores a la hora de adquirir material vegetal y legitimó la capacidad legal que tienen las agrupaciones compuestas por productores o comercializadores para pedir la paralización y la destrucción de fruta de variedades protegidas en aduana procedente de terceros países.
El miembro del Servicio Jurídico de la Comisión Europea (END), Javier Guillem, explicó la particularidad agrícola en el derecho de la competencia, haciendo especial énfasis en las novedades del Reglamento Omnibus y de la Directiva de la Cadena Alimentaria. Guillem se mostró contrario a que “exista un filtro para Francia o Alemania, cuyos cultivos continentales siempre son los más beneficiados, y otro más severo para España”.
Finalmente, los ingenieros técnicos agrícolas Vicente Pascual y José Vicente Antich explicaron a los asistentes que las nuevas mandarinas de segunda campaña son altamente productivas pero requieren un cuidado manejo para aumentar los calibres hasta los estándares que exigen las grandes firmas de la distribución alimentaria europea. Ambos ingenieros recomendaron el apoyo de mallas, el amarrado de ramas y el aclareo de frutos, entre otras prácticas, para mejorar el rendimiento productivo de estos cítricos.
La jornada organizada conjuntamente por ASOVAV y AVA-ASAJA contó con el patrocinio de Bankia y la Mutualidad Arrocera de Seguros-Agromas.